¿Por qué en otoño tenemos más hambre?

A más frío, más hambre y es importante saber por qué ocurre.
En primer lugar es un factor climatológico. Seguro que en verano, al volver de la piscina o después de un día caluroso no te apetece comer un plato de lasaña gratinada recién salida del horno, sino más bien algo que nos de frescor, como un gazpacho o una ensalada. Esto es debido a que el cuerpo intenta bajar la temperatura a través de la comida.
En otoño e invierno sucede lo contrario. Nuestro organismo se encuentra trabajando para poder mantener una temperatura corporal que nos haga entrar en calor. Por esta razón, consume más energía, que puede recuperarse mediante la ingesta de comidas ricas en hidratos de carbono. Esta inyección de energía acelera nuestro metabolismo y contribuye a una temperatura corporal estable.
Es decir, esta respuesta del cuerpo va más allá de un simple antojo. Es una de las formas que tiene nuestro organismo para mantenerse caliente. Este mecanismo se conoce como termogénesis y se define como la liberación de energía provocada por la digestión.
El comer no sólo ofrece energía, sino que aumenta la producción de calor. Entre la media hora y la hora después de comer el cuerpo puede alcanzar un 10-15% más de temperatura de la que tenía al inicio de ingerir.
Ahora bien, cuando estamos en un plan de adelgazamiento este hecho nos preocupa porque podemos llegar a sentir que la situación se ha descontrolado. Pero nada más lejos de la realidad, sino que debemos adaptar la alimentación a las necesidades actuales.
Recomendaciones nutricionales
- Frutas y verduras de bajo índice glucémico como las verduras de hoja verde o manzanas.
- Platos y bebidas calientes como el té o las infusiones. Mejor evitar café o alcohol ya que nos pueden hacer perder calor
- Cambiar cereales refinados por arroz, pasta y pan integrales. Las legumbres o la pasta de legumbre puede ser una buena opción porque sacia más y provoca menos picos de insulina gracias a la fibra
- Grasas saludables como el aguacate, aceite de oliva o frutos secos
- Cacao puro y avena en vez de galletas y dulces
- Estar lo suficientemente hidratado. Una buena forma es llevarse un termo con infusiones o una botella de cristal rellenada con agua natural
- Comer 5 veces al día incluyendo verduras en todas las comidas o ayuno intermitente para ir aprendiendo la sensación de hambre real. Siempre se debe hacer bajo supervisión profesional
- Incrementar las proteínas como el huevo, pescado azul o pollo
Po otra parte, no debemos olvidar hacer deporte o caminar. Estar en movimiento nos produce calor y regula hormonas implicadas en la saciedad. Además de mantenernos entretenidos y bajar la ansiedad.